Edvard
Munch, pintor noruego, cuyas obras
expresionistas relacionadas con la angustia influyeron de una manera muy
notable en el ambiente alemán del siglo XX.
El Grito, cuadro expresionista de Munch está considerado como
una de sus principales obras y, por consiguiente, una de las más importantes
del movimiento expresionista, calificado como un verdadero icono del
expresionismo. Este cuadro refleja una figura unisexual situada en el primer
plano del cuadro, caracterizada por una inmensa desesperación y angustia, sobre
un paisaje(es Oslo, la capital de Noruega, vista desde Ekeberg).
Estas sensaciones que transmite el personaje se consiguen
mediante el uso de colores cálidos para el fondo del cuadro, que nos representa
un cielo ondulado, intercalando una luz semioscura, e introduciendo colores más
oscuros para resaltar mejor el movimiento del cuadro.
Al fondo del cuadro, en la parte izquierda se ven dos
siluetas, pero no se distinguen con mucha claridad. En la parte central del cuadro,
al lado de una valla, que se pierda a los largo del mismo, aparece representado
el personaje principal mostrando un sentimiento de ansiedad o angustia.
Se considera que la fuente de inspiración de este
cuadro es la acongojada vida de Munch, ya que desde bien pequeño presenció la
muerte de su madre y de su hermana, además de ser educado por un padre
inflexible y estricto.
Algo importante a destacar es el estado anímico de Munch,
que reflejó en su diario sobre 1892, posiblemente una descripción de su propio
cuadro:
“Paseaba por un sendero con dos amigos -
el sol se puso - de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me
apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban
sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron y yo me
quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la
naturaleza.”
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Ver que en esta entrada has realizado un comentario sobre El Grito, me ha recordado a un cuadro qui hicieron unos compañeros míos en el instituto. Era la prueba de cómo, a partir de un cuadro clásico, podemos darle rienda suelta a nuestra imaginación. El cuadro era una copia "casi igual" que el original, pero modernizando algunos detalles. Por ejemplo recuerdo que la figura sujetaba con sus manos unos cascos y que el fondo de la imagen intentaba representar una especie de cabina de DJ.
ResponderEliminarTe cuento esto simplemente porque me he acordado al ver este cuadro. Creo que esta actividad podríamos llevarla a cabo con nuestros alumnos pudiendo así fomentar su imaginación y creatividad, y dejando libertad de expresión.
Muy buen blog, enhorabuena.
PD: se me han antojado lacasitos... jaja