Lo esencial es invisible a los ojos

Tras la clase de Expresión Plástica, que versaba sobre la cultura visual, me he querido centrar en la idea que Cristóbal Coto presenta en una de sus conferencias, en la que habla sobre el aprendizaje invisible.

 

Lo que predomina hoy en día en las instituciones educativas no es más que la uniformidad de los procedimientos, desarrollando modelos estándares de niños, que en la mayoría de los casos se asemejan con robots, fabricados en sistemas industriales, ya que todos ellos se rigen por unas determinadas instrucciones y parámetros que se desarrollan en las escuelas.
 

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Por ello, nos cuestionamos en qué grado los sistemas educativos formales fomentan los talentos de los niños, ya que estos nacen con una creatividad e imaginación innatas, que desarrollan continuamente, pero que va decayendo a medida que aumenta su estancia en los centros educativos, ya que no se le da prioridad a las necesidades personales de los niños, sino que se busca la continua consecución del currículo.

De esta forma, en dicha conferencia se hace referencia a que la educación formal no ve, (o no quiere ver), lo verdaderamente importante en los centros educativos, ya que es completamente invisible para ellos, por lo que poco puede hacer para cambiar este modelo de enseñanza.

Cristóbal Coto, nos habla sobre que, gran parte de los aprendizajes que experimentan los niños no se encuentran concentrados en la educación formal, sino que forman parte de la educación informal, ya que aprendemos mientras estamos haciendo otras cosas.

Con esta visión, desarrollamos la idea de que la cultura visual que actualmente rodea a los niños, y a los no tan niños, es parte de nuestro aprendizaje. Las nuevas tecnologías, la moda, la publicidad, hacen que adquiramos nuevos conocimientos en los que no necesitamos preparación alguna, ya que hemos y estamos creciendo junto a ellos, y fomentando su práctica diariamente.
 

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Como última visión, a nivel personal, me gustaría recalcar la idea de Cristóbal Coto en la que dice que para poder cambiar esta enseñanza con la que hemos crecido, y en la que aún seguimos inmersos debemos conseguir que haya una colaboración por parte de toda la comunidad social, ya que si cada una de las partes aporta su granito de arena, tal vez, no se consigan milagros, pero se llegará a poner en marcha un cambio educativo positivo y favorable, para nuestros hijos, o quizás para nuestros nietos.