A través de la película “La Educación Prohibida” se exhibe
la realidad de las aulas de los centros educativos, las cuales plantean la
educación como un campo en el que predominan las competencias, el cumplimiento
de las reglas y el control social; donde no se toma importancia a la interacción
y colaboración de los padres en los centros escolares para un mejor desarrollo
escolar; donde se aleja a unos alumnos de los otros, participando en una
especie de competición para ver cuál de ellos obtiene mejores resultados y se
acerca más al canon que los centros educativos fomentan, a base de estímulos
como obtener un buen futuro o la obtención de títulos académicos; y donde los
profesores no ofrecen la posibilidad de la libertad de expresión en los niños
ni el desarrollo de sus propios pensamientos, ya que crean en cada uno de ellos
los ideales que los profesores sostienen y creen más adecuados para ellos.
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Potenciando estos métodos solamente llegamos a obtener
alumnos que no experimentan un desarrollo personal en un espacio que debería ser
propicio para ellos, sino que están en un lugar de prisión basado en el orden y
en la obediencia de los superiores, semejándose esta situación a un modo de
adiestramiento de alumnos en los centros educativos, haciendo que no desplieguen
abiertamente su personalidad o su espontaneidad.
Esta educación tiene unas bases creadas y estipuladas por
organismos administrativos, los cuales no tienen nociones sobre cuáles son los
verdaderos aspectos a tener en cuenta en la educación y el aprendizaje; cuando
en realidad el planteamiento en temas educativos debería ser llevado a cabo por
sistemas educativos, los cuales conocen el funcionamiento de la educación y
saben que esto no es una cadena de montaje, sino niños que necesitan
desarrollar sus competencias.
Por lo tanto debemos transportarnos desde una educación conductista,
en la que se manipula a las masas a través de los miedos, los castigos, y el control,
a una educación holística, en la que predomina la unificación, la búsqueda del
equilibrio, el aprendizaje como un todo; pasar de una disciplina autoritaria,
en la que las reglas las rige una autoridad que controla, a una autodisciplina,
en la que cada persona es consciente de que tiene que construir su propia
conducta y saber hacerse cargo de las consecuencias que él mismo produce.
La nueva educación tiene que centrarse en potenciar las
necesidades humanas internas del niño mediante el fomento de sus curiosidades e
intereses, ofreciéndoles las posibilidades para que las desarrollen, ayudándoles
a descubrir que es lo que quieren conseguir, a buscar el camino que ellos
quieren recorrer, y evitar marcárselo, ya que con esto solamente conseguiríamos
condicionar sus decisiones y experiencias.
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En esta nueva educación juegan un papel relevante las familias, ya que son los protagonistas de la educación de sus hijos, y sin su implicación no se podría poner en proceso el desarrollo el proyecto educativo.
Para finalizar mi exposición, resaltaré dos de las frases que los educadores de “La Educación Prohibida” expresan en la película, y que, en mi opinión, resumen las ideas generales de dicha proyección:
“La educación no termina nuca, porque la esencia de la
nueva educación es la autoeducación” (Carlos González Pérez, España).
“Solo hay una cosa importante: el amor que le podemos dar
a los niños. Si queremos una sociedad diferente tenemos que amar a los niños,
para que ellos aprendan a amar a otros, el conocimiento y los resultados viene
solos” (Pablo Lipnizky, Colombia).